domingo, 15 de febrero de 2009

Un día normal


28/10/2008


Crónica


Día a día personas entran y llegan a la universidad, un espacio donde vienen algunos van a estudiar y en otros casos solo a farandulear. Llegas y te encuentras con miles de personas que llegan saludando, otras solo pasan caminando por que ya se atrasan o también sentados conversando y fumando un cigarrillo. En la entrada de la universidad es donde mas se puede ver la aglomeración de gente, claro a nadie le importa estar tan apretaditos, así mejor todos se calientan porque adentro hace mas frío que afuera.

Caminando por la entrada camina Estefania Mosquera, tiene 18 años pero parece de 15, por sus ojos verdes es llamada también “gata”, iba vestida de pantalón Jean y un saco negro. Estudia multimedia y televisión, corría por la entrada por que se atrasaba a tomar unas fotos para su corto, mientras lo hacia a su alrededor se veía como la gente le abría campo para que ella no se tropezara. Llega por fin a las escaleras eléctricas e iba saltando de dos en dos mientras se movían. Subió al primero, al segundo y después por último al tercero.

El tercer piso es uno de los cuales mucha gente no tiene clase ahí, porque se encuentran las oficinas administrativas. Estefania se encuentra conmigo y empezamos a hablar sobre el corto, yo soy la actriz y como siempre le espero en el ultimo piso para los repasos. Represento a la típica aniñada que se encuentra en la Universidad y que un asesino la mata de la nada. Nuestro escenario es una aula normal en la cual veo al asesino pero después desaparece, salimos de esa clase y la siguiente toma es mi tremenda caída que me doy por el pasillo. Estefania me grita desde lejos “dale Arlensita vallase de boca bonito” mientras se mata de la risa de la forma como actúo, se le hacen los cachetes rojos mientras se ríe.

Yo le hago caso y me caigo, me duele un poco pero me levanto rápido ya que de la nada empezó a salir gente de una de las pocas clases del tercer piso. Al igual que Estefania se matan de la risa la verme en el suelo.
Luego vamos al ascensor donde también se toma unas fotos, ahí es donde se supone que el asesino me mata. Estefania se sigue matando de la risa por las caras que hago cuando actúo y yo también me empiezo a reír por que me contagio la risa. Esperando a que llegue el ascensor sube el mismo profesor que el día anterior nos vio actuando, se ríe y pasa apurado por sus clases.

Terminamos la sesión de fotos y corremos a las gradas de bajada que ya no son eléctricas, el tiempo pasa tan rápido y ya tenemos clases la gente sube y baja, se encuentra acumulada en las gradas .Se siente como que supieran que tenemos clases y no nos dejan pasar solo por molestar. Es un estrés que para muchas personas les da ganas de lanzarse rápido.
Llegamos al primer piso y cada una corrió a su clase. Llegamos muy tarde y no nos abrieron la puerta, nos quedamos mirando y nos hicimos una pregunta al mismo tiempo ;¿Por qué no bajamos por el ascensor?.

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